Cuándo éramos pequeños, nos enfadábamos (mis hermanos y yo) mucho con mi padre, por "tonto". ¿Por qué era tonto? Pues porque no se plegaba a ciertas prácticas "habituales" sin importancia. Me explico. Mi padre, Juan Doral , estuvo toda su vida trabajando en Iberia. Allí desempeñó diferentes funciones pero las que yo más recuerdo fueron las de Jefe nosequé, por quien pasaban las contratas de limpieza de los aeropuertos y luego las películas de los aviones. No nos solía hablar mucho de sus cosas del trabajo, pero nos enterábamos de que rechazaba sistemáticamente cualquier regalo de un proveedor. Daba igual que fuera por Navidad, por cortesía o por lo que fuera. No importaba el valor del regalo ni quién se lo hacía. Jamás entró en casa nada de Iberia que no fuera su sueldo, que se ganaba sobradamente...
Simplemente mis reflexiones acerca de las cosas que ocurren. Sin más.
No son dogmas. De hecho, ni siquiera sé si continuaré pensando igual en el futuro.