Con la noticia actual de la posibilidad de excarcelación este cerdo apellidado Uribetxeberría Bolinaga (mis disculpas a los cerdos por la comparación) reconozco que se me abren un poco las carnes. En general, hay muchas cosas con las que no estoy de acuerdo en cuanto a cómo utiliza la Justicia española las cárceles, pero desde luego en este caso lo tengo muy claro:
1.- Este animal no ha demostrado en ningún momento arrepentimiento ni nada parecido. Al contrario, se ha jactado siempre de que es un tío guay y estupendísimo. Esto conlleva el pensamiento de que lo volvería a hacer una y mil veces.
2.-El muy miserable está enfermo. Vale. Se va a morir. De acuerdo (incluso, me alegro). Pero el resto de los reclusos también se van a morir. Incluso los que no estamos presos tenemos fecha de caducidad. Por ello, es indecente que esto suponga algún tipo de ventaja. Distinto es que ya esté en estado terminal, con cuidados paliativos. Ahí podríamos volver a hablar (lo cual no quiere decir que ni en ese caso yo se lo concediera).
3.- Tenemos claro que el asqueroso Bolinaga no ha mostrado ningún remordimiento. Y, si actuó como lo hizo cuando se jugaba su libertad, ¿qué podríamos esperar de este personaje, libre, teniendo en cuenta que ahora no tiene absolutamente nada que perder? ¿Te imaginas cómo se comportaría cualquier delincuente si tuviera la absoluta certeza de que no tiene ninguna consecuencia? Pues en este caso ni siquiera el hecho de poder morir atentando o delinquiendo supondría un obstáculo, puesto que está en la cuenta atrás.
Por tanto, Sr. Juez encargado de ello, si no es por respeto a las víctimas, que sea por respeto al resto de los presos. Si ninguna de esas cosas te valen, que sea por el altísimo riesgo que supone. Si ni siquiera esto te motiva, hazlo por puro egoísmo: si el detritus humano éste sale y comete un atentado, ¿te imaginas la que te va a caer encima?
1.- Este animal no ha demostrado en ningún momento arrepentimiento ni nada parecido. Al contrario, se ha jactado siempre de que es un tío guay y estupendísimo. Esto conlleva el pensamiento de que lo volvería a hacer una y mil veces.
2.-El muy miserable está enfermo. Vale. Se va a morir. De acuerdo (incluso, me alegro). Pero el resto de los reclusos también se van a morir. Incluso los que no estamos presos tenemos fecha de caducidad. Por ello, es indecente que esto suponga algún tipo de ventaja. Distinto es que ya esté en estado terminal, con cuidados paliativos. Ahí podríamos volver a hablar (lo cual no quiere decir que ni en ese caso yo se lo concediera).
3.- Tenemos claro que el asqueroso Bolinaga no ha mostrado ningún remordimiento. Y, si actuó como lo hizo cuando se jugaba su libertad, ¿qué podríamos esperar de este personaje, libre, teniendo en cuenta que ahora no tiene absolutamente nada que perder? ¿Te imaginas cómo se comportaría cualquier delincuente si tuviera la absoluta certeza de que no tiene ninguna consecuencia? Pues en este caso ni siquiera el hecho de poder morir atentando o delinquiendo supondría un obstáculo, puesto que está en la cuenta atrás.
Por tanto, Sr. Juez encargado de ello, si no es por respeto a las víctimas, que sea por respeto al resto de los presos. Si ninguna de esas cosas te valen, que sea por el altísimo riesgo que supone. Si ni siquiera esto te motiva, hazlo por puro egoísmo: si el detritus humano éste sale y comete un atentado, ¿te imaginas la que te va a caer encima?
Comentarios
Publicar un comentario