Sí, el tal Manolo Lama metió la pata. Eso es absolutamente incuestionable. Cuando se le ocurrió hacer la "gracia" de juntar a los seguidores del Atleti en Hamburgo a darle limosna a un pobre de la calle no imaginó que éstos iban a comenzar con el cachondeo (por otra parte, normal en un grupo de aficionados con todo el subidón de estar en una final en otro país y con las cámaras delante). Lo cierto es que el directo es lo que tiene, nunca sabes cómo va a salir nada. Y también es cierto que en esa situación era difícil salir del charco una vez metido hasta el cuello, como se metió él. Y lo que seguro que nadie se imagino es la repercusión que iba a tener. Si esa misma circunstancia se hubiera dado hace unos años habría pasado sin hacer ruido y nadie le habría dedicado un minuto. Pero hoy en día, Internet hace que nada se pierda: rápidamente empezaron a aparecer quejas y gente (yo me incluyo) uniéndose a la queja.
Reconozco que si hace un par de semanas me hubieras preguntado quién era Manolo Lama no habría sabido responder: no suelo ver la tele y menos el fútbol. Hoy en día, es uno de los nombres más manoseados por la red. Lo curioso y realmente significativo es que es la red la que ha obligado a la cadena Cuatro a pedir disculpas. Es decir, Internet está pasando de ser el receptor de noticias generadas en televisión a ser realmente un generador de acciones. Y eso está bien, fenomenal.
Ahora bien, eso no quiere decir que sea perfecto. El suceso del mencionado locutor ha tenido una transcendencia tal que no deja de haber foros y movimientos pidiendo su dimisión (y, ¿por qué no? su encarcelamiento o ejecución). Y es que Internet no deja de ser una herramienta, fantástica y con la que estoy plenamente apasionado, pero una herramienta al fin y al cabo. Y cuando se genera una reacción en masa, la masa se comporta como tal: masa. La masa es la que organiza actos solidarios, pero también linchamientos injustos. La masa se deja llevar por cualquier lidercillo, o se obnubila ante una causa (supuestamente) justa. Estoy convencido que muchos de los más activos detractores del Sr. Lama eran los primeros en reirse cuando vieron el reportaje (o incluso estuvieron allí!!). La pena es que lo ideal es que tuviéramos el suficiente cerebro como para aprovechar el vehículo informativo tan potente que nos ofrece Internet para utilizarlo en nuestro favor, no para ser utilizados (una vez más).
Y no estoy defendiendo a Manolo Lama: la pifió (por ser suave), hasta el fondo, pero eso es lo que tú y yo hacemos varias veces al día: nos equivocamos. Y, francamente, no creo que eso sea motivo suficiente para crucificarle, especialmente cuando ya ha habido disculpas públicas por el desafortunado suceso. Personalmente me trae sin cuidado quién comente los partidos o los programas de fútbol porque voy a seguir mi vida ajeno a ellos, pero me da rabia, la misma rabia que cuando veo a un tirano dictador aniquilando libertades, ver a la masa de personas agregándose borreguilmente a cualquier causa que suponga poner en la picota a un semejante sin plantearse antes de nada si uno mismo hubiera hecho lo mismo o peor y si realmente esa causa merece nuestra adhesión.
Internet ha demostrado, una vez más, su poder haciendo arrodillarse a una gran cadena nacional para pedir disculpas y minimizar los daños colaterales. Eso es sensacional y debe servir de toque de atención a los "poderosos" para que entiendan que la soberanía de la información la tenemos todos. Pero ahora, cada uno debemos demostrar nuestra inteligencia, y que merecemos esa soberanía, sabiendo darle a cada cosa su valor real, sin dejarnos llevar por el oportunismo del momento.
Reconozco que si hace un par de semanas me hubieras preguntado quién era Manolo Lama no habría sabido responder: no suelo ver la tele y menos el fútbol. Hoy en día, es uno de los nombres más manoseados por la red. Lo curioso y realmente significativo es que es la red la que ha obligado a la cadena Cuatro a pedir disculpas. Es decir, Internet está pasando de ser el receptor de noticias generadas en televisión a ser realmente un generador de acciones. Y eso está bien, fenomenal.
Ahora bien, eso no quiere decir que sea perfecto. El suceso del mencionado locutor ha tenido una transcendencia tal que no deja de haber foros y movimientos pidiendo su dimisión (y, ¿por qué no? su encarcelamiento o ejecución). Y es que Internet no deja de ser una herramienta, fantástica y con la que estoy plenamente apasionado, pero una herramienta al fin y al cabo. Y cuando se genera una reacción en masa, la masa se comporta como tal: masa. La masa es la que organiza actos solidarios, pero también linchamientos injustos. La masa se deja llevar por cualquier lidercillo, o se obnubila ante una causa (supuestamente) justa. Estoy convencido que muchos de los más activos detractores del Sr. Lama eran los primeros en reirse cuando vieron el reportaje (o incluso estuvieron allí!!). La pena es que lo ideal es que tuviéramos el suficiente cerebro como para aprovechar el vehículo informativo tan potente que nos ofrece Internet para utilizarlo en nuestro favor, no para ser utilizados (una vez más).
Y no estoy defendiendo a Manolo Lama: la pifió (por ser suave), hasta el fondo, pero eso es lo que tú y yo hacemos varias veces al día: nos equivocamos. Y, francamente, no creo que eso sea motivo suficiente para crucificarle, especialmente cuando ya ha habido disculpas públicas por el desafortunado suceso. Personalmente me trae sin cuidado quién comente los partidos o los programas de fútbol porque voy a seguir mi vida ajeno a ellos, pero me da rabia, la misma rabia que cuando veo a un tirano dictador aniquilando libertades, ver a la masa de personas agregándose borreguilmente a cualquier causa que suponga poner en la picota a un semejante sin plantearse antes de nada si uno mismo hubiera hecho lo mismo o peor y si realmente esa causa merece nuestra adhesión.
Internet ha demostrado, una vez más, su poder haciendo arrodillarse a una gran cadena nacional para pedir disculpas y minimizar los daños colaterales. Eso es sensacional y debe servir de toque de atención a los "poderosos" para que entiendan que la soberanía de la información la tenemos todos. Pero ahora, cada uno debemos demostrar nuestra inteligencia, y que merecemos esa soberanía, sabiendo darle a cada cosa su valor real, sin dejarnos llevar por el oportunismo del momento.
Juanra muy interesante tu reflexión. El comportamiento de masas del que hablas, junto con la herramienta en la que se convierte internet y todas las redes sociales existentes probocan cosas como estas.
ResponderEliminarTu de esto sabes muchisimo mas que yo, pero mi punto de vista es el siguiente... quien ha fomentado todo este revuelo? quien ha fomentado que la herramienta sirva para machacar a un simple periodista? Yo habitualmente si que sigo la television y la radio en lo relacionado con el deporte. Y como todo en esta vida, hay gente que cae bien y otra que cae mal. Unos apoyan a un lado y otros apoyan a otro. Y este bajo mi punto de vista, no es una asunto individual de critica hacía un periodista. Es mucho mas que eso... es la posiblidad de desprestigiar a un lider de una cadena en concreto. Y con el desprestigio que eso supone para la cadena para la que trabaja.
Quien ha fomentado todo esto? pues ciertamente no se podría acusar a nadie en concreto porque la herramienta es lo que tiene, que puedes fomentar ciertas cosas sabiendo como hacerlo... Pero habías visto alguna vez un debate sobre la actuacion de un periodista que se equivoca? o que hace telebasura?
Esto ha pasado en este caso y siempre desde el mismo grupo de comunciación.
No hay que darle mas vueltas, es la lucha por el negocio, el negocio periodistico y de información de este pais. Es la lucha entre dos grupos fuertes con sus seguidores y sus luchas particulares.
O acaso crees que la portada de hoy del diario Marca no tiene relación con esto...
Yo vi en directo el informativo. Según lo estaba viendo pensé: "pobrecillo, qué mal le ha salido la intención de demostrar lo solidarios que son los seguidores del atleti". Porque hubo gente que secundó la propuesta echando monedas al mendigo, pero destacaron más los graciosos (que no fueron más de tres) que buscaban su minuto de mal llamada gloria.
ResponderEliminarEn ese momento no le di mayor importancia.
Ya me sorprendió más que, al día siguiente, el periódico del grupo editorial de la competencia destacara lo "indignante" del comportamiento del periodista. Pero bueno, al fin y al cabo, buscan sus intereses.
Y ahora, viendo la repercusión que ha tenido la noticia, es cuando me doy cuenta de la terrible capacidad de pastoreo que tienen los medios sobre sus fieles gracias a esta maravillosa herramienta.
Sí, pienso que debemos tener cuidado cuando nos unimos a movimientos reaccionarios: ¿a quién le estamos haciendo el juego? Es difícil, pero siempre deberíamos intentar mirar por encima de la tormenta y saber realmente qué es lo correcto
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