Con las últimas, y promovidas hasta la saciedad, noticias del rescate de los mineros de Chile se me vuelve a venir a la mente la pregunta que tantas veces me hago: ¿cuánto cuesta una vida?, ¿qué vidas valen más? o, lo que es peor aún, ¿qué muertes son menos importantes?
Diariamente mueren miles de personas, muchos de ellos niños, sin pena ni gloria, sin ocupar ni una línea de las publicaciones, ni unos segundos en las noticias. Miles.Etiopía, Ruanda, Somalia, Burundi, Irak, ... El que ya nos hayamos inmunizado ante todo esto no significa que para todos y cada uno de ellos, la vida sea una tragedia, y además corta. Es difícil pensar en toda aquella pobre gente como seres humanos que lo único que tienen de diferente con nosotros es haber nacido a miles de kilómetros de distancia, en donde el valor de la vida es otro.
Así pues, cuando llega una noticia como la de los famosísimos mineros, por una parte siento la alegría lógica de que se hayan salvado 33 vidas. ¡Qué bien! Pero por otra parte pienso que con el dineral y recursos que se han invertido en ello se podrían haber salvado varios miles de esas otras vidas, esas anónimas, escondidas, sin valor occidental.
En fin, supongo que así es como funciona la cosa: el posible muerto no vale lo mismo dependiendo de dónde ocurra y qué agencias de noticias decidan que eso se va a convertir en noticia, porque ellos son los que deciden qué es noticia, no los hechos en sí.
Para escandalizarnos un poco más, podemos ver algunas de las cifras que se han barajado y que seguramente suben cada día un poco más.
Diariamente mueren miles de personas, muchos de ellos niños, sin pena ni gloria, sin ocupar ni una línea de las publicaciones, ni unos segundos en las noticias. Miles.Etiopía, Ruanda, Somalia, Burundi, Irak, ... El que ya nos hayamos inmunizado ante todo esto no significa que para todos y cada uno de ellos, la vida sea una tragedia, y además corta. Es difícil pensar en toda aquella pobre gente como seres humanos que lo único que tienen de diferente con nosotros es haber nacido a miles de kilómetros de distancia, en donde el valor de la vida es otro.
Así pues, cuando llega una noticia como la de los famosísimos mineros, por una parte siento la alegría lógica de que se hayan salvado 33 vidas. ¡Qué bien! Pero por otra parte pienso que con el dineral y recursos que se han invertido en ello se podrían haber salvado varios miles de esas otras vidas, esas anónimas, escondidas, sin valor occidental.
En fin, supongo que así es como funciona la cosa: el posible muerto no vale lo mismo dependiendo de dónde ocurra y qué agencias de noticias decidan que eso se va a convertir en noticia, porque ellos son los que deciden qué es noticia, no los hechos en sí.
Para escandalizarnos un poco más, podemos ver algunas de las cifras que se han barajado y que seguramente suben cada día un poco más.
Joder, Juanra, qué razón tienes. Con lo contenta que estaba yo con los mineros y me lo has chafado... pero te lo agradezco, porque esta otra visión no la había reflexionado yo
ResponderEliminarDesgraciadamente no valen lo mismo todas las vidas. Y es verdad que depende mucho, además de otros motivos, de que los medios pongan su lupa encima. Un asquito
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