Desde que existen, las diferentes lenguas (idiomas, no el órgano bucal;-) ) han ido evolucionando a través de dos motores:
- El primero de ellos es la innovación. Los cambios en las sociedades obligan a crear nuevos términos y nuevas formas de expresarse. Últimamente esto es aún más pronunciado debido al aluvión tecnológico que estamos viviendo, que obliga a generar una gran cantidad de palabras casi a diario. En estos casos, muchas veces se adoptan los términos que se crean en el idioma iniciador (la mayor parte de las veces en inglés). Me parece lógico cuando no existe un equivalente en el idioma de cada cual, pero en nuestro caso me parece un poco triste (o mucho) el que vayamos poco a poco fusilando el español a base de implementar palabras inglesas que, eso sí, suenan muchísimo más “cool”.
-La segunda forma de evolución idiomática es la “vulgarización”. Por incultura, se usan las palabras inadecuadas o se pronuncian mal y, cuando hay un número suficiente de incultos, la nueva palabra queda implantada. Por eso no hablamos latín en España. Esto ERA inevitable cuando no existía la escritura ni, mucho menos, la posibilidad de transmitir la voz y grabarla. Hoy en día no debería ocurrir que un término se degradase por su uso, porque en innumerables sitios estará el “modelo” correcto, escrito y hablado, que debería servir como faro. La realidad es que el lenguaje continúa inexplicablemente en su proceso de deformación (y también evolución positiva, claro), y prefiero pasar de puntillas por el lenguaje SMS y demás aberraciones…
Ahora bien, cuando los errores gramaticales no sólo no se evitan desde las instancias superiores, sino que ellas son los mayores causantes, entonces algo va rematadamante mal. Me explico, hay palabras que siendo incorrectas el mal uso ha convertido en correctas últimamente hasta el punto de que la RAE las admite. Por ejemplo, clienta o presidenta. Pero es incomprensible que sea desde esas estancias “superiores” (superiores en jerarquía, obviamente no en inteligencia, cultura o sentido común) se generen las polémicas sobre animaladas como jueza (mejor ni hablemos de lo de miembra). Imagino que en breve empezaremos a hablar de, residentas, pacientas, estudiantas, televidentas,... Cuánta tontería para distraer de los verdaderos problemas.
En fin, será verdad lo de que España is different, pero podríamos destacar por arriba, no por tercermundismos...
- El primero de ellos es la innovación. Los cambios en las sociedades obligan a crear nuevos términos y nuevas formas de expresarse. Últimamente esto es aún más pronunciado debido al aluvión tecnológico que estamos viviendo, que obliga a generar una gran cantidad de palabras casi a diario. En estos casos, muchas veces se adoptan los términos que se crean en el idioma iniciador (la mayor parte de las veces en inglés). Me parece lógico cuando no existe un equivalente en el idioma de cada cual, pero en nuestro caso me parece un poco triste (o mucho) el que vayamos poco a poco fusilando el español a base de implementar palabras inglesas que, eso sí, suenan muchísimo más “cool”.
-La segunda forma de evolución idiomática es la “vulgarización”. Por incultura, se usan las palabras inadecuadas o se pronuncian mal y, cuando hay un número suficiente de incultos, la nueva palabra queda implantada. Por eso no hablamos latín en España. Esto ERA inevitable cuando no existía la escritura ni, mucho menos, la posibilidad de transmitir la voz y grabarla. Hoy en día no debería ocurrir que un término se degradase por su uso, porque en innumerables sitios estará el “modelo” correcto, escrito y hablado, que debería servir como faro. La realidad es que el lenguaje continúa inexplicablemente en su proceso de deformación (y también evolución positiva, claro), y prefiero pasar de puntillas por el lenguaje SMS y demás aberraciones…
Ahora bien, cuando los errores gramaticales no sólo no se evitan desde las instancias superiores, sino que ellas son los mayores causantes, entonces algo va rematadamante mal. Me explico, hay palabras que siendo incorrectas el mal uso ha convertido en correctas últimamente hasta el punto de que la RAE las admite. Por ejemplo, clienta o presidenta. Pero es incomprensible que sea desde esas estancias “superiores” (superiores en jerarquía, obviamente no en inteligencia, cultura o sentido común) se generen las polémicas sobre animaladas como jueza (mejor ni hablemos de lo de miembra). Imagino que en breve empezaremos a hablar de, residentas, pacientas, estudiantas, televidentas,... Cuánta tontería para distraer de los verdaderos problemas.
En fin, será verdad lo de que España is different, pero podríamos destacar por arriba, no por tercermundismos...
muy buena explicación, clara , precisa, certera.. excelente, me sirvio para una pequeña investigación que debo de realizar. Gracias!
ResponderEliminarGracias, me alegro que te haya aportado algo!!
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